En ruta
Castalla es una de las poblaciones más emblemáticas y con más riqueza cultural de la comarca de L’Alcoià.
Con una población superior a los 10.000 habitantes, posee una larga lista de atractivos como son monumentos, festividades o gastronomía, que seguro despiertan el interés de los visitantes.
La rica historia de Castalla se remonta a tiempos del calcolítico en el II milenio antes de Cristo, y cuenta también con yacimientos neolíticos, de la Edad de Bronce, ibéricos, romanos y árabes, pero si por algo se distingue Castalla es por su Castillo. Está ubicado en el cerro que preside la Foia a 780 metros y en él se pueden encontrar restos de la Edad de Bronce donde ya se empezó a ocupar este espacio.
No será hasta el siglo X cuando se empieza a construir. El aljibe del Pati d’Armes es la parte más antigua que se ha conservado y está datado en esa fecha. La muralla del mismo es posterior, de los siglos XII y XIII. Sufre importantes transformaciones en el siglo XV que es cuando se construye este Pati d’Armes y el Palau.
En el 2003 cuando se inició una profunda rehabilitación del Palau, Pati d’Armes y Torre Grossa para dejarlo con el aspecto que presenta en la actualidad.
También se puede visitar la Iglesia de la Asunción, finalizada en 1572; el Ayuntamiento, de estilo renacentista del siglo XVII; el Convento de los Padres Franciscanos del siglo XVIII o una de las construcciones más antiguas como es la Ermita de la Sang, de mitad del siglo XIII.
Otro punto de atención es la Casa del Fester, sede de la Agrupación de Comparsas de Moros y Cristianos de Castalla, que es la que organiza junto al Ayuntamiento una de las festividades más importantes del año desde el 1 al 4 de septiembre.
También es importante la cada vez más multitudinaría Fira de Sant Isidre, a mediados de mayo.
Les Festes de la Vaca, Sant Jaume, el Bouet de la Sang, San Pascual o les Fogueres de Sant Francesc, completan el repertorio festivo de la población alicantina.
Para todo turista, es indispensable deleitarse con su gastronomía. Son muy conocidos sus gazpachos, junto a su repostería típica, como son los sequillos, los ‘rollets’ de aguardiente, las ‘tonyes’, los rollos de vino y los ‘pastissets de moniato’.